Pellegrino, el defensor de Lanús ante los peligros del fútbol como negocio

Pellegrino, el defensor de Lanús ante los peligros del fútbol como negocio

Mauricio Pellegrino a menudo medita sobre el impacto de la popularidad en los futbolistas noveles. Como opositor al afán desmedido por el protagonismo en este deporte, el preparador traslada su visión humanista al equipo de Lanús, una entidad que confía en sus juveniles para alzarse con la Copa Sudamericana.

Tras retirarse como jugador en 2006, este entrenador argentino de 54 años ha examinado con comentarios breves aunque incisivos las consecuencias del capital, las plataformas digitales y la tensión mental en una disciplina ávida de celebridades. 

Durante su trayectoria en los bancos de equipos en España, Inglaterra y Argentina, ha equiparado la innovación tecnológica a la dependencia del cigarrillo y señala que los emolumentos elevados en el balompié desvían a los deportistas hacia frivolidades. 

Con un enfoque pedagógico, Pellegrino se incorporó en enero anterior portando esa ideología al humilde Lanús, el conjunto de la provincia de Buenos Aires que durante los últimos ejercicios prioriza su formación interna y el próximo sábado se medirá con el Atlético Mineiro en la definición de la Copa Sudamericana en Asunción. 

Al margen de las cámaras en conferencias y charlas, el míster reitera sus consideraciones: 

"Resulta un período intrincado para los novatos. Las normativas actuales provocan que a los muchachos, por poner un caso, se les ofrezca un acuerdo por el potencial que podrían alcanzar más adelante en vez de por su rendimiento presente", expresó al ser anunciado en el club granate. 

"En el pasado, los acuerdos se basaban en su desempeño real, ahora en lo que quizás puedan lograr", añadió el director técnico, que como balompiedista se proclamó vencedor en una Copa Libertadores y una Intercontinental con Vélez Sarsfield. 

Fútbol como empresa

 

Pellegrino sostiene que en su etapa como jugador experimentó un balompié donde se gozaba más del deporte en sí y menos del entorno corporativo que lo envuelve hoy en día, un mundo en el que "no se tolera el fracaso ni siquiera la posibilidad de no ganar", tal como manifestó en una conversación con ESPN en 2019. 

Fue un zaguero alto de 1,93 metros que lució las elásticas de potencias como el Barcelona, el Liverpool y el Valencia, donde cayó en dos finales seguidas, en 2000 y 2001, de la Champions League europea. 

Los mentores que más respeta delinean su modo de dirigir: el holandés Louis Van Gaal, su superior en el equipo catalán, y el técnico español Rafa Benítez, con quien colaboró como ayudante en los red devils. Los dos se distinguen por adherirse a esquemas tradicionales. 

Ya en el rol de entrenador, volvió al Valencia y pasó por diversas formaciones, como el Southampton en Inglaterra. 

Constantemente integra su preferencia por desarrollar a los talentos emergentes con el recuerdo de sus mejores momentos sobre el terreno. 

"Los jóvenes de ahora afrontan innumerables interrupciones. Están expuestos a todo género de incentivos de forma incesante: plataformas sociales, informaciones sobre sí mismos, representantes, campañas de marcas. Nosotros solo contábamos con el fútbol, por lo que nuestra mente se centraba exclusivamente en él", comentó a El País en 2019.

Su perspectiva erudita se adaptó idealmente a Lanús, que desde 2013 ha disputado cuatro instancias decisivas en competiciones americanas (una de Libertadores y tres de Sudamericana, contando la del sábado) con los canteranos en primer plano.

A diferencia de gigantes como Boca Juniors o River Plate, el club granate evita erogaciones masivas en fichajes. 

Impaciente

De lograr la victoria en la final ante el Mineiro, dirigido por su compatriota Jorge Sampaoli, Pellegrino obtendría su primer trofeo tras abandonar el fútbol activo.

Acerca de su personalidad, se presenta como un orientador "accesible", sobre todo "demandante". "Confío firmemente en ello, en las costumbres diarias", en "generar un clima de rigor", según reveló al canal de YouTube Coaches' Voice.

Aunque tiende a la discreción, en ocasiones se muestra como alguien "bastante inquieto". En 2013, mientras comandaba al Estudiantes de La Plata, realizó un gesto enérgico con el brazo que le provocó una luxación en el hombro.

Sus antiguos colegas detectaron su llamada desde joven. 

Roberto Ayala, su old partner en la defensa del Valencia, lo califica como alguien que "invita a reflexionar", en tanto que para el exguardameta español Santiago Cañizares "posee un discurso de gran calado": "No es un individuo banal".