Miami celebra con orgullo y alegría el título del Inter en la MLS
Lionel Messi rodea con sus brazos a Tadeo Allende y Rodrigo de Paul en un abrazo lleno de emoción, uniéndose a la celebración. Estos tres argentinos del Inter Miami, fundamentales en la final de la MLS, acaban de conquistar en su propio estadio el campeonato norteamericano ante el Vancouver Whitecaps.
El Chase Stadium en Fort Lauderdale estalla en un rugido que no parece tener fin, una explosión de gozo mezclada con desahogo. Los hinchas del club floridano han pasado por un calvario, han presenciado el empate a 1-1 y cómo un disparo del conjunto canadiense rozó dos postes antes de salir por la línea de fondo.
Christian Zuñiga, seguidor leal desde que se fundó el Inter en 2018, aún se repone del estrés acumulado, mientras el equipo se alista para alzar el trofeo.
"Durante el segundo tiempo tenía las manos empapadas en sudor. Lo pasé fatal. Me arrodillé y no sabía a quién invocar ya", relata este joven de 29 años. "Pero ahora somos campeones, me he quitado una carga de encima y festejé como si no existiera el mañana".
La jornada arrancó, no obstante, de forma ideal para los anfitriones.
Los cerca de 22.000 localidades estaban repletas en su mayoría de fans vestidos de rosa por el Inter. El termómetro marcaba lo más propio de Florida: 29 ºC con una humedad elevadísima. Y un gol precoz avivaba ilusiones de una victoria aplastante similar al 5-1 de la final de conferencia del este la semana anterior frente al New York.
En la tribuna norte, un cartel clamaba "Dale alegría a mi corazón, ser campeones es mi pasión". Los aficionados entonaban cánticos sin cesar, disfrutando la primera final de MLS en la historia del equipo.
Fue necesario que anotara el Vancouver para aplacar el fervor y, de rebote, dejar oír a un colectivo de supporters canadienses. El encuentro parecía resbalarse de las manos del Inter.
"No hay palabras para describir a Messi"
Sin embargo, un corte de Messi y su asistencia larga al tanto de De Paul restauraron la locura entre la parroquia. El Chase Stadium tronó y ovacionó al oriundo de Rosario, al jugador sin cuya presencia este campeonato no habría sido factible.
Otra entrega de Messi en el descuento, en esta ocasión al gol de Allende, volvió locos a los presentes, que llevaban un buen rato de pie, anhelando el silbato que pusiera fin al partido.
En ese instante, con el humo rosado impregnando el ambiente, con Messi y Jordi Alba animando a la multitud, todos comprendieron que podían festejar a sus anchas.
Tras el encuentro, Amir Larín, un aficionado de 52 años, se conmueve al referirse al ocho veces Balón de Oro.
"No hay palabras para describir a Messi", afirma mientras el argentino se prepara para elevar la copa. "Es extraordinario como ser humano y como futbolista. Juega con una simplicidad que hace creer a la gente que no hace gran cosa, pero en realidad aporta muchísimo, inmensamente".
Otros, como Christian Zuñiga, prefieren evocar a dos figuras clave en la trayectoria reciente del Inter, los españoles Sergio Busquets y Jordi Alba, que se retiraron del fútbol profesional este sábado.
"Representaron un apoyo vital para el conjunto", comenta sobre ambos. "Empezamos a apoyar al club en tiempos complicados, y presenciar su evolución, la llegada de estrellas, ver a Messi, a Busquets, a Alba, a Rodrigo de Paul, ha sido lo más gratificante".
Antes de dejar el recinto, José Medina esboza una sonrisa al imaginar el porvenir del Inter. "Están forjando una identidad futbolística en Miami y han llenado de orgullo y felicidad a toda una urbe".