Luis Enrique: exigencia, ambición y resiliencia para llegar a lo más alto
Admirado por unos y criticado por otros, Luis Enrique ha forjado una destacada trayectoria como técnico gracias a una demanda implacable, una determinación férrea y una capacidad de recuperación admirable para afrontar los obstáculos cotidianos.
Una década más tarde, este entrenador español de 55 años ha sido seleccionado nuevamente como el mejor del planeta en su profesión. Dos reconocimientos obtenidos tras ganar sendas ediciones de la Liga de Campeones, una con el FC Barcelona y la más reciente, en la campaña anterior, al mando del París Saint-Germain.
Hace solo doce meses, escasos eran los que anticipaban un final como el vivido este lunes en el teatro del Châtelet en París, donde el atacante del equipo capitalino Ousmane Dembélé alzó el Balón de Oro, mientras su preparador Luis Enrique recibía el premio Johan Cruyff.
En septiembre de 2024, ante un PSG que aún no cogía velocidad de crucero, el carismático responsable de Gijón decidió marginar por un tiempo a Dembélé, en quien había confiado para asumir el rol dejado por Kylian Mbappé, quien se había marchado al Real Madrid.
¿La razón? Una actitud poco profesional y escasa dedicación por parte de 'Dembouz', a quien 'Lucho' logró enderezar hasta alcanzar juntos la cima del balompié internacional.
"No existió ningún enfrentamiento entre el futbolista y yo, ni tampoco un conflicto personal entre nosotros. Solo se trata de un asunto entre un jugador y sus compromisos con el grupo, nada más, pero se resuelve en cuestión de minutos", afirmó Luis Enrique en el núcleo de la controversia, cuando dejó fuera del once al galo para un encuentro de Champions contra el Arsenal.
El conjunto por delante de las figuras individuales
El transcurso de los eventos confirmó que sus declaraciones no eran meras frases hechas. Luis Enrique prioriza como pocos al grupo sobre las estrellas, incluso si se trata de Mbappé.
"Contamos con talentos que se adaptan al servicio del equipo y no a la inversa", resumió como principio del PSG que se proclamó campeón de Europa justo tras vencer en la final de Múnich al Inter de Milán.
Incorporado al club parisino gracias al director deportivo lusitano Luis Campos, Luis Enrique ha satisfecho las expectativas tras la autonomía y autoridad otorgadas en su llegada, superiores a las de cualquier predecesor.
Y la misión no resultaba sencilla: guiar la metamorfosis del PSG estelar con Mbappé, Messi y Neymar hacia el PSG bajo su mando.
El preparador destaca también por reducir la carga sobre sus pupilos, aun si eso implica exponerse a las críticas. Lo vivió en el Mundial de Qatar dirigiendo a España, donde actuó como transmisor en vivo durante los días sin partidos de La Roja y respondió a las consultas de los seguidores.
En memoria de Xana
Antes de asumir la selección hispana, disfrutó de una etapa triunfal en el Barça con la 'MSN' (Messi, Suárez, Neymar), con la que levantó todos los trofeos posibles en 2015, salvo la Supercopa de España, que se llevó el Athletic Club.
Sin embargo, en París, "el plan era distinto, un plan de edificación, hacía falta innovar", explicaba Luis Enrique.
Más allá de su carácter intenso, algunas peculiaridades y una vinculación a veces tensa con los medios, Luis Enrique muestra un lado profundamente humano, sirviendo de modelo en resiliencia y superación ante la pérdida temprana de su hija Xana, en cuyo honor fundó la Fundación Xana, galardonada con el Premio Sócrates al proyecto social más solidario.
Aunque este lunes no pudo recoger personalmente el distintivo por coincidir con un compromiso en el estadio Vélodrome de Marsella por la Ligue 1, Luis Enrique figura como el técnico más destacado en la historia del club francés y el número uno global en la temporada 2024-2025.