Haití festeja inusual instante de unión al lograr plaza en el Mundial 2026

Haití festeja inusual instante de unión al lograr plaza en el Mundial 2026

Explosiones de fuegos artificiales, cantos y danzas. El equipo nacional de fútbol de Haití ha conseguido clasificarse para el Mundial 2026, lo que ha impulsado a miles de residentes a las calles de Puerto Príncipe este martes para conmemorar un excepcional momento de felicidad y cohesión en una nación marcada por la ferocidad de las bandas delictivas.

Este país del Caribe ha obtenido su boleto a la cita mundialista por primera vez en cincuenta años, un logro notable dado que no pudo jugar ningún encuentro en su territorio por cuestiones de seguridad.

"Hace falta declarar un día festivo nacional para festejar, con los colegios cerrados. Hace falta gozo y diversión. Liberar el territorio y eliminar a las pandillas", comentó a la AFP un hincha entusiasmado en Puerto Príncipe.

Hasta bien entrada la madrugada del miércoles, la euforia se extendió por la capital y también por urbes del norte como Cabo Haitiano y Miragoâne. En Puerto Príncipe, miles de partidarios recorrieron las vías al son de melodías tradicionales y lemas interpretados por las agrupaciones de rara, el ritmo alegre típico de Haití.

Muchos seguidores marcharon con el pecho al descubierto, agitando enseñas patrias, entre ovaciones y estallidos pirotécnicos. Personas de todos los estratos sociales, unidas por el éxito de su conjunto. 

La celebración alcanzó incluso a los distritos dominados por organizaciones criminales, como Fontamara o Bas-Delmas.

A los fuegos artificiales se unieron tiros en la oscuridad de Puerto Príncipe. Y hasta Jimmy Chérisier "Barbecue", jefe de la alianza de bandas "Viv ansanm" (Vivir juntos), participó en la fiesta junto a los vecinos de su zona, según grabaciones difundidas en plataformas digitales.

Solo tres días atrás, Barbecue había proclamado su determinación de chocar con la policía y recomendado a la gente que permaneciera en sus hogares.

Un alto temporal

El avance del equipo proporciona un intervalo de regocijo para una población exhausta por la agresividad de las facciones armadas que dominan el 90 por ciento de la capital.

Estas bandas, imputadas por homicidios, agresiones sexuales, robos y raptos, han generado una severa emergencia humanitaria en la nación más empobrecida del continente americano, agravada por una inestabilidad política persistente. 

La coyuntura ha empeorado desde el inicio de 2024, cuando las pandillas forzaron la renuncia del primer ministro de entonces, Ariel Henry. 

Aun así, en la velada del martes, la atención de todos se centró en lo que sucedía en la isla caribeña de Curazao, donde Haití ha debido albergar sus partidos de eliminatoria como si fueran locales tras la ocupación pandillera del estadio en Puerto Príncipe.  

Después del triunfo por 2-0 ante Nicaragua, los aficionados aguardaron el empate entre Costa Rica y Honduras para estallar en júbilo por lo que parecía inalcanzable: el segundo Mundial en la historia de Haití, después del de Alemania 1974.

"No debería circular por la calle a esta hora, pero, al ser por Haití, lo hago de todos modos", manifestó Widenie Bruno, una seguidora de Puerto Príncipe.

Como ella, otro entusiasta joven de los Granaderos no planea acostarse. "Siento tanto orgullo por Haití que lo voy a gastar todo esta noche", declara. "Mañana me levantaré sin un céntimo. Vamos a pasar la velada en las calles".