Estudiantes, el campeón del Clausura argentino que se rebeló contra todo
En conflicto con la principal dirigencia del balompié argentino, Estudiantes se proclamó vencedor del torneo Clausura al derrotar a Racing por 5-4 en la tanda de penaltis de la final disputada este sábado en el estadio Madre de Ciudades, en Santiago del Estero al norte del país.
Este triunfo resulta gratificante para el equipo Pincharrata, presidido por el antiguo mediocampista Juan Sebastián La Brujita Verón, quien se erige como el opositor más destacado al jefe de la Asociación del Fútbol Argentino AFA, Claudio Chiqui Tapia.
Antes de que Fernando Muslera brillara en los disparos desde el punto de penal, donde detuvo dos intentos, Adrián Maravilla Martínez en el minuto 81, el goleador de la Academia, inauguró el marcador con un excelente remate tras sortear al portero de la Celeste en los mundiales de 2010, 2014 y 2018.
Cuando todo indicaba que el galardón se trasladaría a Avellaneda, el atacante Guido Carrillo en el 90+2, de cabeza, igualó para Estudiantes y forzó la prórroga.
En la tanda de penaltis, para el equipo triunfador marcaron José Sosa, Lucas Alario, Joaquín Tobio Burgos, Eric Meza y Facundo Rodríguez, mientras que Facundo Cambeses detuvo el lanzamiento del colombiano Edwuin Cetré.
Por el lado de los albicelestes anotaron Martínez, Luciano Vietto, Agustín García Basso y Santiago Sosa, en tanto Muslera paró los tiros de Gastón Martirena y Franco Pardo.
En contra de las expectativas
Estudiantes así suma su duodécimo título nacional, el séptimo en la Liga y el decimoctavo contando los logros internacionales.
Se trata del cuarto bajo la dirección del técnico Eduardo Domínguez, con quien anteriormente obtuvo la Copa Argentina 2023, la Copa de la Liga y el Trofeo de Campeones 2024.
Gracias a este campeonato, el Pincharrata retornará el próximo año a la principal competición de clubes americanos, accediendo directamente a la fase de grupos, mientras que Racing participará en la Copa Sudamericana 2026.
Esta victoria en el estadio neutral de Santiago del Estero parecía impensable para numerosos aficionados hace poco más de dos meses, cuando Estudiantes se despidió en cuartos de final de la Libertadores, eliminado de forma estrecha en penaltis por el Flamengo brasileño, que finalmente se llevó el trofeo.
El Pincha, con todos sus esfuerzos enfocados en la Libertadores, había arrancado el Clausura con actuaciones irregulares, y tampoco mostró un juego sólido cuando solo restaba el torneo doméstico.
Aunque parecía tener garantizado el pase a los playoffs, su desempeño decayó de manera evidente, hasta el punto de que solo ganó un encuentro en las últimas siete jornadas de la fase regular, incluyendo tres derrotas consecutivas ante Boca Juniors, Tigre y Argentinos Juniors.
Sin embargo, una serie de resultados favorables le permitió asegurar la octava y última posición para la fase eliminatoria.
Verón, como cualquier aficionado
Todo varió en las rondas decisivas, y pese a disputar siempre de visitante, Estudiantes eliminó al Rosario Central de Ángel Di María, el conjunto que acumuló más puntos en la temporada.
Posteriormente venció a Central Córdoba en Santiago del Estero y en semifinales superó a su eterno rival, Gimnasia y Esgrima de La Plata.
En medio de esta recuperación, el Pincha se posicionó como el único club en oposición a la administración de Claudio Chiqui Tapia en la influyente AFA.
El conflicto surgió cuando se nombró a Rosario Central como campeón anual sin base reglamentaria, obligando a Estudiantes a formar un pasillo de honor ante su oponente en el partido entre ellos.
Los jugadores del Pincha cumplieron parcialmente, girando la espalda a sus adversarios, un gesto conocido en Argentina como el espaldazo.
Este roce con la dirigencia de la AFA llevó a la sanción de seis meses de inactividad en asuntos futbolísticos para el presidente del Pincha, Juan Sebastián Verón.
No obstante, el exinternacional de la Albiceleste y del Manchester United ignoró la medida asistiendo a las gradas del Madre de Ciudades como un seguidor común, arropado por cientos de admiradores que le mostraron su respaldo.
Con esa actitud desafiante, Estudiantes logró una nueva proclamación y se adjudicó un título con gusto a revancha, mientras sus futbolistas recibían las medallas y la copa de manos del presidente de la AFA.