El arduo trayecto de Haití hacia el Mundial de Fútbol 2026

El arduo trayecto de Haití hacia el Mundial de Fútbol 2026

Haití, la nación más pobre del continente americano, ha logrado recientemente su pase al Mundial 2026, en medio de una profunda crisis política, de seguridad y humanitaria que azota este rincón del Caribe.

Este éxito se atribuye en buena medida al esfuerzo detallado de su entrenador, el francés Sébastien Migné, quien ha dirigido al equipo caribeño hacia su segunda participación en un campeonato del mundo.

"He visto algunas fotos en las redes sociales, ha sido una auténtica euforia en Haití. ¡La gente llenaba las calles por completo!", exclama el técnico en una charla telefónica con la AFP este miércoles.

Solo unas horas antes, sobre el campo del estadio Ergilio Hato en Willemstad, en la cercana Curazao, sede temporal de la selección haitiana por cuestiones de seguridad, los Bleu et Rouge vencieron a Nicaragua por 2-0, aunque el avance dependía del marcador entre Costa Rica y Honduras.

Los futbolistas y el staff se agruparon en el centro del terreno de juego, pendientes de sus móviles a la espera del desenlace de ese partido paralelo, que concluyó con un empate a cero, el resultado que permitía a Haití regresar a un Mundial después de su paso por el de 1974, marcado por tres derrotas.

El guardameta reserva Alexandre Pierre empezó a vociferar "¡Ya está!", y en ese instante estalló la celebración, una verdadera locura, recuerda Migné.

Los jugadores con sus uniformes azules recorrieron el césped en busca de los seguidores haitianos en las tribunas para compartir la alegría.

Convencer a los jugadores con doble nacionalidad

El mismo Migné tuvo que esforzarse para controlar su propia emoción, sabedor de haber conseguido "el sueño de cualquier futbolista: la Copa del Mundo".

Ya había estado en una edición previa, como asistente del seleccionador camerunés Rigobert Song, pero con 53 años (los alcanzará en diez días) ahora lo experimentará como responsable principal.

Este triunfo premia año y medio de dedicación, durante el cual una de sus tareas clave fue "persuadir a los jugadores con doble nacionalidad para que se sumaran al proyecto".

Lo consiguió con talentos como Jean-Ricner Bellegarde, del Wolverhampton, que se incorporó "en esta recta final de las eliminatorias", y Ruben Providence, el atacante del Almere City neerlandés, quien marcó uno de los tantos ante Nicaragua.

Para enganchar a estos futbolistas con doble ciudadanía, "en ocasiones viajé yo mismo, otras veces usé herramientas digitales como videollamadas, frecuentemente conversé con las familias, a veces con el hermano que hace de representante, fue un trabajo intenso", detalla Migné, que además dejó fuera a algunos veteranos que ya no daban la talla para el nivel internacional.

"También tuve que convencer a mi federación de que era preciso potenciar aspectos como la organización de los desplazamientos, el nivel del equipo médico", agrega.

Curiosamente, Migné todavía no ha pisado Haití por razones de seguridad.

La nación padece desde hace tiempo la brutalidad de grupos delictivos, responsables de homicidios, agresiones sexuales, robos y raptos, en un marco de inestabilidad política prolongada.

La coyuntura ha empeorado notablemente desde inicios de 2024, cuando las bandas forzaron la renuncia del primer ministro Ariel Henry.

Escalada de la inestabilidad

El territorio, sin comicios desde 2016, se rige actualmente por un Consejo Presidencial de Transición.

Alrededor de 5,7 millones de personas padecen malnutrición y más de 1,4 millones de residentes han sido desplazados en 2025, de los que la mayoría son mujeres y menores.

El comercio ilegal de armas se expande en Haití ligado a la coalición de pandillas Viv Ansanm y su influyente cabecilla Jimmy "Barbacoa" Chérizier.

La entidad Médicos Sin Fronteras clausuró de forma permanente su unidad de emergencias en Puerto Príncipe por el recrudecimiento de la inseguridad, y hasta el tiempo ha jugado en contra: 43 fallecidos en Haití por el huracán Melissa a comienzos de noviembre.

Migné confía en que la presencia en el Mundial actúe como consuelo y genere un poco de felicidad entre los haitianos.

"Mis futbolistas serán excelentes representantes de una tierra que los necesita con urgencia. Haití no es un lugar sencillo, con una población que sufre y con pocas oportunidades para festejar", sentencia.