La selección de Palestina en Bilbao con una misión por la paz
En Bilbao con una misión. El técnico Ehab Abu Jazar y los jugadores palestinos representan un deporte arrasado por dos años de guerra y disputarán el sábado un partido simbólico ante una selección del País Vasco el primero en Europa para este equipo con el objetivo de promover la paz.
Llevando un chándal negro y un silbato en la boca Ehab Abu Jazar el seleccionador de la nacional palestina dirige con firmeza el entrenamiento en Lezama el centro de formación del Athletic de Bilbao.
En uno de los campos cedidos sin costo por el club vasco se esfuerza en preparar a sus futbolistas para el partido en el estadio de San Mamés ante unos 50000 espectadores presumiblemente.
Todos apoyarán la causa palestina muy querida en la zona donde hubo protestas que cortaron la Vuelta a España este verano del hemisferio norte.
Es complicado entrenar cuando tu madre reside en una tienda improvisada. Vengo de Gaza. En mi familia hemos perdido unos 200 mártires. Mi hogar quedó destruido dice Abu Jazar a la AFP.
Emocional y mentalmente resulta muy duro pero representar a Palestina es el mayor privilegio posible añade.
A diferencia de su entrenador la mayor parte de los jugadores convocados jamás han estado en Gaza. Juegan en Qatar Chile Islandia o Estados Unidos. Aun así son los últimos baluartes del fútbol palestino destruido por dos años de ataques israelíes provocados por los violentos asaltos de Hamás en Israel el 7 de octubre de 2023.
Desde ese momento no hay liga ningún club opera y cientos de atletas han muerto o quedado heridos en la contienda. Incluyendo al jugador más conocido del país Suleiman AlObeid de 41 años conocido como el Pelé palestino quien pereció en agosto pasado en el sur de la Franja de Gaza.
Desde el inicio el deporte fue blanco. Han arrasado todas nuestras instalaciones en Gaza 289 en total declara el presidente de la Federación Palestina de Fútbol Jibril Rajoub a la AFP.
1100 deportistas trabajadores técnicos y jueces han sido asesinados entre ellos nuestro capitán AlObeid. Miles más heridos cientos aún desaparecidos Israel merece sanciones opina este líder de 72 años relevante en Fatah el partido nacionalista palestino.
Vivir con dignidad
El seleccionador Abu Jazar con un keffiyeh al cuello lo repite.
Estamos aquí con una misión. Para transmitir un mensaje global el pueblo palestino merece vivir dignamente.
Hay que detener la ocupación esta guerra y este genocidio. La muerte azota Gaza junto al hambre. No existe refugio afirma pese al tenue cese al fuego del 10 de octubre.
Como sus jugadores espera que este partido solidario el primero en Europa para la selección palestina con fondos destinados enteramente a Médicos Sin Fronteras impulse la presión internacional por una paz estable y el reconocimiento del Estado palestino.
Lo clave es dar voz a los palestinos silenciados y recaudar para entidades humanitarias. Estos recursos ayudarán mucho sobre todo para reconstruir hospitales suministrar medicinas y más dice el defensor Yaser Hamed nacido en Bilbao formado en el Athletic Club y ahora en Qatar.
El futbolista local que domina euskera y español se siente afortunado por seguir su pasión mientras algunos palestinos mueren de hambre.
Eso te hace valorar cada comida y los detalles cotidianos que la gente ignora relata.
Tenemos el deber de alegrar a nuestros hermanos sufrientes. Urge que acabe todo y Palestina sea libre.
Rayo de esperanza
Su compañero Ahmad Alqaq nacido en Estados Unidos de padres palestinos aspira a que los dos partidos venideros contra la selección vasca el sábado y la catalana el martes en Barcelona abran los ojos mundiales a la crisis humanitaria en Gaza.
No somos políticos pero como atletas ofrecemos algo a lo que agarrarse. Ante tanto sufrimiento esto les brinda un rayo de esperanza explica el extremo de 23 años en la segunda división estadounidense.
Cada vez que competimos los que pueden encienden la tele y por 90 minutos olvidan el horror añade.
Si Palestina pierde como ante Malasia o Argelia en octubre Nos levantaremos. Es parte de nuestra esencia recuperarnos de las caídas.