Messi aspira a dominar la MLS en una final clave para el Inter Miami
Dos años repletos de encanto, recintos abarrotados y una multitud de tantos culminan este sábado para Lionel Messi en su anhelada primera final de la MLS, donde el Inter Miami arriesga mucho más que un campeonato.
Los objetivos de la reciente franquicia, siempre evidentes para David Beckham y su equipo directivo, dependen en gran parte de un éxito este sábado frente al Vancouver Whitecaps, en una final que disputarán además ante su afición en el Chase Stadium (19H30 GMT).
Un triunfo materializaría la promesa de dominar el balompié estadounidense que Miami proclamó en 2023 al atraer al jugador más célebre del mundo.
También supondría una despedida triunfal para Sergio Busquets y Jordi Alba, colegas de Messi en esta experiencia norteamericana con más decepciones que logros en la lucha por los trofeos.
Sin los destacados españoles, que se jubilarán después de la final, el Inter iniciará una nueva etapa en 2026 con un estadio renovado, el Miami Freedom Park, que aspira a abrir con su capitán argentino alzando la copa de vencedor.
Esta perspectiva de victoria, no obstante, podría verse gravemente afectada si quien festeja este sábado resulta ser el Whitecaps y su reciente estrella, el alemán Thomas Müller, experto en arruinar noches importantes a Messi.
En tal situación el Inter concluiría un segundo año seguido sin engrosar su palmarés, que solo cuenta con un galardón de la Leagues Cup de 2023, y costaría compensar su gasto de 50 millones de dólares en sueldos, la plantilla más costosa de la liga por amplio margen y unos 30 millones por encima del humilde Vancouver.
La tensión ya cobró su precio en Las Garzas durante la final de la Leagues Cup de agosto contra Seattle Sounders, cuando Luis Suárez y otros integrantes protagonizaron una acalorada disputa con oponentes tras la clara pérdida 3-0.
Un duelo entre campeones mundiales
El regreso de Messi y Müller incrementa la expectación en la final más destacada de la historia de la MLS, a solo seis meses de que la Copa del Mundo llegue a Norteamérica.
El ex ariete del Bayern de Múnich, incorporado en agosto a Vancouver, participó en el mayor revés de la ilustre trayectoria de Messi con el triunfo de Alemania sobre Argentina en la final del Mundial de 2014.
El alemán también brilló, con un doblete, en la abultada victoria 8-2 del Bayern ante el Barcelona de Messi, Alba y Busquets en la Liga de Campeones de 2020.
Müller eleva el peligro del Whitecaps, que previamente superó con claridad al Inter en los dos encuentros de semifinales de la Copa de Campeones de la Concacaf.
"Sabemos que será un encuentro muy exigente y la llegada de Müller a ese conjunto lo fortalece aún más, les otorga mayor experiencia y calidad", comentó el propio Messi el jueves en palabras transmitidas por la MLS. "Qué bien que ocurra esta final y podamos cruzarnos de nuevo".
La actuación de Müller por Vancouver y de Messi, Busquets y Rodrigo De Paul por el Inter aseguran que un campeón del mundo se coronará este sábado por primera vez como monarca de la MLS.
Mascherano descubre la clave
El alemán, que arrastra una molestia en los gemelos, está respondiendo a las expectativas con 36 años, anotando ocho goles en 11 encuentros.
El rendimiento de Messi, pese a todo, permanece inalcanzable en esta competición, incluso con 38 años.
El Diez conquistó su primer premio de Bota de Oro en la MLS, con 29 goles en 28 jornadas, y lidera las candidaturas para renovar el galardón de MVP (Jugador Más Valioso).
En los playoffs cargó con el Inter a cuestas mediante seis tantos en cinco partidos de rondas previas.
Con la ambición competitiva de Messi inalterada, el Inter ha alcanzado su cima en este cierre de campaña gracias a varias valientes elecciones del técnico Javier Mascherano, sobre todo la de relegar a Suárez en pro de la joven promesa argentina Mateo Silvetti.
Con el rápido Silvetti y el inspirado Tadeo Allende aprovechando los asistencias de Messi, Miami avanzó a la final venciendo sus últimos tres choques por un margen de cuatro goles.